Musicoterapeuta, Isabel Laranjeira

Mi historia

Desde muy pequeña me vi atraída por las artes. Sobre todo por las escénicas y especialmente por la música. Desde que tengo uso de razón he estado cantando, tocando cualquier instrumento que tuviera al alcance e imaginando y creando espectáculos que mostraba en teatros escolares e incluso en la calle… Pero también me gustaba mucho ayudar y hacer cosas por los demás y, de hecho, en algún momento quise ser misionera.

Pero fue mi entusiasmo por la interpretación quien me llevó hasta Madrid donde comencé estudiando teatro e interpretación en el Teatro de Cámara. En poco más de un año cambié el arte dramático y comencé estudios de canto e interpretación musical en la Fábrica de Arte de Rosita Ferrer. Fue ella quien me dio el paso a debutar como intérprete de la canción en su espectáculo hasta que comencé mi andadura como solista con el mío propio, con el que viajé por toda la península y por el extranjero. Y además fui vocalista en orquestas, grupos y otros espectáculos, y continué estudiando y formándome vocalmente.

Y desde el escenario, viendo y viviendo experiencias con personas a las que me dirigía cantando, ya que tuve la suerte de poder trabajar para gente muy posicionada y en grandes escenarios, pero también y afortunadamente, para personas en riesgo de exclusión social, personas privadas de libertad, residencia de personas mayores,  jóvenes y adultos con diversidad funcional… nació mi interés por la musicoterapia.

Y desde el 2006 hasta hoy comencé a formarme como musicoterapeuta. Además y paralelo a ello, llevé a cabo talleres de coro y técnica vocal para adultos e introducción al mundo musical, música divertida, para niños. Todo ello fue realizado en diferentes Civivox de Pamplona.

Como musicoterapeuta he trabajado con personas con diversidad funcional en un programa realizado desde ANFAS en el Civican de Pamplona, con personas en proceso de desarrollo personal, parejas embarazadas y sobre todo con personas mayores con diferentes grados de deterioro cognitivo en la Casa de Misericordia de Pamplona, donde llevo diez años.

Inmersa en una maternidad deseada y disfrutando de mis dos soles, hice un “semiparéntesis” profesional, sin dejar de realizar sesiones de musicoterapia y formación paralela, pero desde la calma y flexibilidad.

Y tras vivir experiencias duras como madre y como persona, afortunadamente con final feliz, surge de dentro Musicoterapia Vital. Un “nuevo hijo” que nace de una visión de la vida vista desde otro prisma y en donde el mundo sonoro que nos rodea nos puede trasladar a estados diferentes donde poder renacer y despertar desde la plenitud del propio ser.